El dinero que se les fue a los chicos y chicas pobres de mi país


Hugo acaba de gastar 1500000000 de euros (mil quinientos millones) en juguetes de guerra. Entre otras cositas, se compró 91 tanques T-72 que ni sirven para una guerra en la selva con nuestros hermanos colombiana ni para una guerra contra la fuerza aérea estadounidense. Aparte de los tanques, se compró una serie no especificada de lanzadores de misiles Smerch. Un T 72 cuesta de un millón a dos millones de dólares. Eso es €1369000 por tanque. 91 tanques por 1369000 son €124.579.000. Quedan €1375.421.000 que Hugo supuestamente gastó en otras armas. No creo realmente que la mayor parte de eso haya ido a repuestos y a los sistemas de misiles Smerch et alia. Me pregunto si algunos de nuestros boliburgueses han ganado algunos centavos como facilitadores de esta compra. Me pregunto si ahora tendrán más dinero para comprar nuevos bancos o industrias.

Quizás yo sea un demagogo y Hugo sí sepa de prioridades, pero si yo fuera presidente de Venezuela, o mejor aun, primer ministro, le propondría al parlamento que con esos 1500000 000 euros comprásemos no tanques o misiles, que no nos servirán de nada, sino libros para nuestros chicos y chicas en edad escolar. Un obrero venezolano tiene que dar un mes de sueldo para comprar todos los útiles de una hija o hijo mientras que un obrero alemán o noruego sabe que sus hijos podrán usar los libros que reciben en la escuela en calidad de préstamo.

Me parece que con 1500000000 euros podríamos comprar algunos libros. En el caso muy improbable que no nos den rebaja, podríamos comprar por lo menos unos 75 millones de libros a 20 euro. Eso no está mal para un país que hasta ahora lee tan poco. No está mal para un país cuyos alumnos resultaron los peores de América Latina en la última evaluación internacional de matemáticas que un gobierno venezolano permitiera, en 1998. Tengo la impresión de que ese material podría ayudar en algo a mejorar la competitividad de los venezolanos, a sacar a algunos de esos chicos de la miseria, a generar ideas.

Quizás no tengamos que comprar 75 millones de libros. Quizás baste con que compremos 45 millones y que usemos el resto en aumentos para maestros o en la creación de nuevas escuelas.
Pero quizás es que yo no sé de prioridades. Quizás yo no sé cuán alegres están nuestros boliburgueses. Solo conozco bien a los chicos y chicas venezolanos que no tienen libros.





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