...y otros
El militar que tenemos en Venezuela en el poder desde hace casi doce años debe estar a punto de felicitar al último dictador de Europa: leo en la prensa bielorrusa que Lukashenko fue electo nuevo presidente con 89,1% de los votos. Es toda una farsa, por supuesto, pero sin las trampas Lukashenko sí habría ganado, aunque con mucho menos. Hay protestas ya, aunque no creo que las mismas se prolonguen como en ocasiones pasadas. La estrella de Lukashenko, que gobierna desde 1994, se va apagando, pero aun le queda algo de tiempo.
Ahora bien: Venezuela es muy diferente a Bielorusia. Lukashenko es un dictador, pero al menos sabe administrar algunas cosas y los habitantes de su país al menos producen cosas en una economía que, aunque poco eficiente, no es una economía absolutamente dependiente de la extracción de un producto natural. El teniente de Sabaneta no sabía administrar ni una cantina. Los bielorrusos están acostumbrados a regímenes dictatoriales. Los venezolanos no son tan y sí conocen lo que es democracia.
¿Qué lecciones recomendaría a los políticos venezolanos de las fuerzas democráticas que tomen de Bielorrusia? Solo dos cosas.
En primer lugar: no permitan que los militares pseudosocialistas los identifiquen como "representantes de Washington". Desarrollen sus propios movimientos nacionales y revelen la manera en que el chavismo está vendiendo Venezuela como Gómez vendió el país a los estadounidenses.
En segundo lugar, deben aprender de los errores que comete la oposición en Bielorrusia: salgan de la capital y recorran las ciudades secundarias. No se queden en un circuíto. No hablo de elecciones. Hablo de todo el tiempo.
Lamentablemente, la gigantesca mayoría de los venezolanos tiene una mentalidad feudal en cuanto a la política. En esto incluyo a casi todos nuestros políticos. Ninguno quiere hacer lo necesario porque se deba hacer, solo por lo que puede ganar con ello. Y casi todos los venezolanos piensan que solo se puede hacer algo a través de un líderes. En Venezuela en cinco siglos no hemos atinado a ver más allá de "líderes", no pensamos en ideas, en contenidos, en programas. Los "programas" suelen ser ante todo lista de deseos, no planes reales y bien pensados. Y si los hay, los políticos no los revelan por terror absoluto a que otros les roben los programas.
En todos los países son necesarios los líderes, pero detrás de ellos en los países que quieren desarrollarse o que están desarrollados hay ideas y redes de personas que apoyan ideas. En Venezuela, un país que realmente jamás pasó por la Ilustración pese a los eslóganes de nuestros supuestos "libertadores" y caudillos del siglo XIX, se piensa en lealtades feudales, se desconoce el debate real a nivel local o nacional (debate se asocia solo con "debate en la sociedad"), se desconoce el trabajar por un proyecto real de desarrollo del país. Solo pensamos en si queremos ser los súbditos de un líder X a cambio de un puestito o si queremos ser el presidente X.
Si las fuerzas alternativas quieren eliminar la dictadura en que se está hundiendo el país, cada partido tiene que empezar a mandar a líderes nacionales por todo el país no porque piensen que ellos vayan a ser "el próximo presidente", el "próximo Bolívar", sino porque es la única manera en que ellos puedan conseguir organizar redes de pensamiento, de acción contra la dictadura militar.
Al parecer por ahora solo Leopoldo López y en menor grado Corina Machado quieren viajar por Venezuela porque aspiran que los elijan en primarias en 2012. Los demás no quieren moverse a ver siquiera parte del 70% de la población que vive fuera de la capital, de Maracaibo o Valencia. No quieren porque dicen que si ellos no van a ser presidentes, así que no vale la pena.
Esa manera de pensar es una vergüenza. Venezuela no necesita nada más un presidente que reemplace al militar que tenemos en el poder. Venezuela necesita una serie de personas que formen la infraestructura nacional que nos saque del subdesarrollo. Mi sugerencia a los otros políticos "nacionales": si realmente Ustedes son líderes nacionales, no dejen el trabajo de levantar proyectos y mover gente a uno o dos personas. Tómense el esfuerzo, aunque sepan que no van a ser presidentes, de ayudar a establecer redes sociales a nivel nacional, de hablar a la gente en Maturín y en el Sur de Valencia, en Los Guayos y en Arauca sobre cómo Venezuela puede volverse un día en país desarrollado. Eso es lo que hicieron miles de personas en los países que iban a convertirse en países desarrollados. Sin ellos, con un par de líderes nada más, sin ellos y sus trabajos de construcción de redes nacionales de pensamiento, de producción de ideas prácticas, ninguno de esos países sería desarrollado ahora.
Si no lo hacen, es mejor que se dediquen a otra cosa. No necesitamos Gandhis, pero sí necesitamos a gente que no solo piense en ser presidente o obtener un puesto menor solo por repartir folletitos en su urbanización.
Si no lo hacen, es mejor que se dediquen a otra cosa. No necesitamos Gandhis, pero sí necesitamos a gente que no solo piense en ser presidente o obtener un puesto menor solo por repartir folletitos en su urbanización.
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