PDVSA roja-rojita y el escándalo del fondo de jubilaciones

Paso a traducir del inglés una entrada del amigo bloguero Miguel, un venezolano que no solo es un físico reconocido sino un experto en economía.


Ahora realmente roja

En un nuevo episodio de la Telenovela “Yo no fui”, el Jefe de Finanzas de PDVSA le comunicó a la Asamblea Nacional en su informe que no había razones pruebas y era irresponsable vincular al Consejo de Administración de PDVSA con las inversiones de los fondos.
Es curioso: el Sr Carruyo, que según el sitio de PDVSA es miembro de dicho Consejo de Administración (ver el cuadro ojo, dice Junta Directiva) y, según esta carta que publiqué hace un tiempo, es igualmente Presidente del Consejo de los Jubilados de PDVSA y sus afiliados afirma que el consejo en el que está no toma decisiones con respecto a las inversiones.
Y ¿de qué es entonces presidente?
Aun más escandaloso: como presidente del fondo de Pensiones dice que no tuvo nada que ver con las decisiones de inversión del mismo, aunque tenía que controlar lo que se hacía con el mismo. ¿Es que esa persona no ha oído jamás lo que es el concepto jurídico de responsabilidad administrativa?
Lo peor es cómo el mismo Consejo de PDVSA pudo permitir que el Sr Carruyo fuese el encargado en investigarse a sí mismo y escribir ese informe.
El Sr. Carruyo dice cosas muy curiosas como: “El Sr Illaramendi jamás fue empleado de PDVSA, su conexión profesional se realizó a través de una subcontratación con una empresa extranjera”
Eso sí que es verdad: el Sr Illaramendi ganaba tanto dinero con la multinacional Credit Suisse que jamás se habría rebajado a tomar un empleo simple en PDVSA, hubiese tenido que ganar más que Carruyo y Ramirez juntos para obtener el salario mínimi de un Director General en Credit Suisse. Es así como los de la PDVSA roja-rojita produjeron una revolucionaria solución mágica: contratarlo como consultor y hacer las cosas un tanto enrevesadas a través de una compañía de su propiedad.
Aquí no termina todo. Lo más irresponsable es que el Sr Carruyo le echa la culpa de lo que pasa con el fondo a la “naturaleza capitalista” del mismo, que lo hace sujeto a los vaivenes de los mercados.
Discula, camarada Eudomaur: nadie que haya invertido el dinero con Madoff, Stanford y Illaramendi debería tener permiso a acercarse a un centavo para administrarlo y debería, si lo hace, ser castigado por cualquier pérdida. Este caso es aun peor porque Illaramendi era un amigo venezolano “de la casa”, pagado como consultor de lujo, un trabajo que dejó precisamente para gerenciar dinero, un área en el que no tenía ninguna experiencia. Esto clama al cielo.
El mismo informe fantástico nos dice cuán mal están las cosas: los fondos tenían un total de US$ 2 mil 7 millones, de los que solo US$ 580 millones se manejaron en el extranjero y de estos US$ 453 millones con Illaramendi (el SEC dice que era más).
Así que 21,5% de los fondos se manejaban en el extranjero, pero de este percentaje un 78% fue administrado por un administrador venezolano desconocido en inversiones sin historial de trabajo, sin permiso para hacer el trabajo en los Estados Unidos y quien tuvo durante un tiempo un contrato de consultoría muy jugoso con PDVSA.
Cuéntame una de vaqueros, Eudomaro.
Pero esto no es todo. El informe también dice que del total un 2% estaba en bienes raíces, un 15% en bancos locales (los jubilados reciben su dinero en moneda local), un 5% fue administrado por otros y un 61% estaban en fondos de PDVSA y Venezuela.
Veamos: 61% de US$ 2 mil 700 millones son mil 650 millones, pero el ministro Ramírez nos dijo en enero que PDVSA había vendido US$ 1 mil 200 millones del bono PDVSA 2017 con un cupón de 8,5% al fondos de pensiones. Así que 44,4% fueron a bonos de la propia empresa, que no es precisamente lo que la teoría básica de gerencia de carteras de inversiones nos enseña (¿Recuerdqn q Nortel? Los empleados no solo perdieron sus empleos, sino también sus jubilaciones porque el fondo de pensiones se invirtió en acciones de la propia empresa)
Pero esto tampoco es un negocio limpio pues no hubo un comité independiente que tomara las decisiones. Primero: es una fracción demasiado ggrande en un solo bono (el resto puede estar en otros). Segundo: no tiene sentido invertirlo en un solo bono, cun una sola madurez.
Sí: el fondo de pensiones debería invertir en bonos de PDVSA, estos producen un 15-16% de rendimiento y la gente que maneja la empresa los conocen mejor que nadie. Pero debería ser diversificado en una cesta de bonos de PDVSA y deberían ser negociados de manera activa según varíen los precios. Pero jamás debería ser una fracción demasiado grande y en un solo instrumento financiero.
Todo el argumento de Carruyo se basa en que el Consejo de PDVSA jamás tomó decisiones al respecto. Pero sí lo hizo. Y fue por esto que tiene que ser despedido y tiene que ser investigado y pagar por sus errores porque o sabía o no sabía y en ambos casos es culpable de no haber administrado el dinero de manera correcta y no puede estar en ese puesto.
Su puesto tiene que ser ocupado por alguien que sepa y no es que yo me ofrezca para este trabajo, jamás trabajaría para la PDVSA actual. Le daría consejos gratis a una nueva PDVSA, pero no creo que eso pase nunca.
Y alguien debería investigar a Carruyo. Se trata de un caso increíblemente grave de conflicto de intereses.


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