Alexander von Humboldt comentaba que mientras en China y Japón lo que tuviera dos mil años era visto como una invención nueva, en América parecía que algo ocurrido tres siglos atrás era increíblemente viejo. Para Humboldt era curiosa esta falta de memoria histórica.
"Los fenicios y los griegos de las colonias mantuvieron sus memorias y una conciencia histórica de la madre patria, y es que el clima de dichas colonias lo facilitaba. Las costumbres entre los griegos de Asia Menor y Sicilia no eran tan distintas de las de los de Argos, Atenas y Corinto. Esto no es así en América, donde el clima, los productos naturales y el paisaje son tan diferentes."
Humboldt prosiguió: "la fama de Don Pelagio y del Cid Campeador han penetrado hasta las montañas y selvas de América, el pueblo a veces menciona estos nombres gloriosos, pero flotan en su pensamiento como seres de un mundo ideal, de las tinieblas de un tiempo fabuloso".
"El indígena", dice Humboldt, "ha mantenido su idioma, su vestimenta y su carácter general, pero al dejar de usar el quipu y las pinturas simbólicas, a través de la introducción del cristianismo y otras condiciones...se han perdido progresivamente los recuerdos históricos y religiosos. Los colonos de ascendencia europea, por su lado, ve con desprecio todo lo que se relaciona con los pueblos sometidos. Se ven puesto en la mitad entre la historia pasada de su lugar de origen y del lugar donde nacieron y ambos les son indiferentes, y en un clima donde la escasa diferencia de las estaciones hace que el paso de los años apenas se note, se dejan llevar por el disfrute del presente y rara vez echan un vistazo a tiempos pasados".
"Hoy en día las colonias no tienen ni una historia propia ni una propia literatura. Los del Nuevo Mundo casi nunca han tenido un vecino fuerte y las condiciones sociales siempre han cambiado de manera muy progresiva...la historia de las nuevas colonias tienen solo dos acontecimientos notables: su establecimiento y su separación de la patria original. Lo primero está relacionado con muchos recuerdos que se enlazan en gran medida con los países donde viven los colonos, pero en vez de imágenes del progreso pacífico del trabajo y el desarrollo de la justicia en las colonias, esta historia solo cuenta de la injusticia perpetrada y de actos de violencia. ¿Qué motivación pueden tener esos tiempos excepcionales cuando los españoles del gobierno de Carlos I tenían más valor que energía moral y donde el honor de caballero y la honra guerrera estaban manchados con el fanatismo y la sed por el oro? Los colonos son de un carácter apacible, po su situación carecen de los prejuicios nacionales y por eso saben ver los hechos de la Conquista por su valor verdadero. Los hombres que descollaron entonces son europeos, guerreros de la madre patria. En los ojos del colono son extranjeros porque tres siglos han bastado para cortar los lazos de sangre. Entre los conquistadores había ciertamente también hombres honrados y nobles, pero se pierden en la masa y no pudieron escaparse de la maldición general".
"Esta condición, no podemos repetirlo demasiado, influye de una manera importante en toda la situación de los colonos. En el tiempo tormentoso de un renacimiento estatal se ven solos y les pasa lo que le pasa a un pueblo que ha rechazado preguntar a sus libros de historia y ha rechazado sacar sabiduría de los acontecimientos de siglos pasados"
Lo que dijo Humboldt hace dos siglos es hoy en día más verdadero que antes. En Venezuela ya todos somos una mezcla de europeos, de indígenas y, en menor grado, de africanos. Hablamos todos el español como lengua materna - salvo menos del 1% de la población-. Pero casi ninguno recuerda más que algunas leyendas y datos pseudo-históricos de la Conquista o de las Guerras de Independencia. Pocos venezolanos han prestado atención a lo que historiadores como Manuel Caballero escribieron.
El venezolano promedio hoy en día apenas sabe algo de pseudo-historia sobre los tiempos de la Independencia y mucho menos de la Conquista y tres siglos de Colonia y menos aun de toda la historia que heredó de sus antepasados europeos, indígenas y africanos.
Los militares venezolanos procuran que las cosas sigan así, que no se sepa más que los cuentos míticos que ellos relatan para ponerse a sí mismos como los descendientes de los Héroes más grandes del mundo. Es por eso que el venezolano actual tiene que oír tanta idiotez de porqué cayó el comunismo ("la burocracia"), de cuán altos eran todos los amerindios (dos metros), de que el trueque es una invención pre-socialista amerindia, de que los indígenas no tenían ni clases sociales ni reyes, que todos eran iguales y todos eran socialistas.
En fin...ante esto nosotros tenemos que llevar a Venezuela una verdadera revolución: el descubrimiento de toda nuestra historia: de nuestra historia europea, africana, amerindia, venezolana.
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