Los venezolanos viven en el aquí y el ahora. No ven la historia en perspectiva, no ven los vaivenes, no ven las curvas, el aumento o el descenso. Ven episodios. Ven golpes. Tienen corazonadas. Tienen impresiones. Mientras en Alemania o Canadá, en Japón o en el mismo Chile la gente está acostumbrada a ver de manera regular la evolución de patrones, de la inflación o del PIB, de la seguridad o inseguridad, de qué resultados obtienen sus hijos en la evaluación académica internacional PISA, los venezolanos solo conocen anuncios sin contexto, numeritos sacados de la manga o del sombrero, sin fuentes, sin razonamientos. Mientras el mundo exterio ve gráficos y evoluciones, los venezolanos digieren números crudos. Es así como el Caracazo tuvo de 100 a 5000 muertos, lo que contrasta con lo que se sabe de los muertos en las Guerras Médicas o en la Guerra de Independencia de Venezuela.
A lo sumo, los venezolanos oyen que se compara un mes X con otro mes Y, aunque no sepan qué se hizo con el resto de los meses. Los números son solo números, sin contexto, manipulables con mayor facilidad que en cualquier otra parte.
Desde hace años el gobierno de turno viene diciendo que la popularidad del caudillo de Sabaneta va en aumento. La popularidad aumenta y aumenta y parece que nada la para. Y tras unos meses de silencio, vuelve a aumentar una y otra vez. Y nadie hace una pregunta en voz alta sobre esto. Solo hay murmullos, risitas, olvido...hasta el nuevo anuncio.
Jesse Chacón es el director de la encuestadora chavista GIS XXI. Abajo coloqué una selección de los anuncios que hizo esta organización sobre la popularidad de Chávez.
Para marzo de 2011 había dos versiones distintas de la popularidad según GIS XXI. Aquí no incluimos la pregunta concreta sobre la intención de voto, que GIS XXI parece publicar cuando le da la gana y no de manera regular.
Ahora leemos que Jesse también realizó otra encuesta en la que preguntó la opinión de los venezolanos sobre la salud de Chávez dos días antes de que este anunciase que tenía cáncer. Al parecer, Jesse viajó en el tiempo para poder hacer esa pregunta.
Lo triste de todo este asunto es que no parece haber una sola periodista en el país que se de la molestia de mostrar con números en la mano, con gráficos claros, qué disparates se publican a diario en nuestro país.
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