Washington, un matemático
Hu Jintao, ingeniero
Primer ministro de Singapur: un matemático e informático
El 16 de abril de 2009 The Economist presentó un artículo sobre el perfil de los jefes de estado en diversos países. Lamentablemente, el artículo solo es accesible a los que tienen subscripción. Una de las cosas que resultaron evidentes es que en países con economías emergentes que están progresando claramente hay una mayor cantidad de políticos de alto grado que no pertenecen ni a las castas de militares ni a las profesiones híper populares de abogados, economistas o políticos de carrera.
Yo no soy un fan de De Bono, pero coincido con él en pensar que los países se atascan cuando los que toman decisiones políticas o aquellos que aspiren a ellos vienen todos de esas castas donde predomina más una ideología determinada, donde se acostumbra a pensar en procesos fijos, donde la creatividad tiene poco espacio y las formas son muy importantes.
Sé que existe un gran peligro en confiar demasiado a tecnócratas puros desconectados de la sociedad, sé que los ingenieros y los científicos en general no deben verse como gurus. Ha habido casos de científicos que han resultado una gran desilusión, como es el caso de Ehud Barak. También sé muy bien que la gigantesca mayoría de científicos, ingenieros y creadores en general (incluyendo artistas) no quieren ser políticos. Aun así creo que un país puede beneficiarse en gran medida si los políticos "de siempre" comienzan a incluir más ideas de gente para la que la creatividad sea absolutamente vital. No creo que científicos o ingenieros hagen jefes de estados particularmente buenos. Ni siquiera creo que haya que convertir a esas personas en "jefes de la secretaría X" o "ministro de Y", pero sí creo que los políticos con una mente abierta deben escuchar más a estas personas. Les aseguro que estas personas van a proporcionar ideas útiles que repercutan en la Asamblea Nacional y en la elaboración de programas para el desarrollo sostenible de nuestro país.
Yo no soy un fan de De Bono, pero coincido con él en pensar que los países se atascan cuando los que toman decisiones políticas o aquellos que aspiren a ellos vienen todos de esas castas donde predomina más una ideología determinada, donde se acostumbra a pensar en procesos fijos, donde la creatividad tiene poco espacio y las formas son muy importantes.
Sé que existe un gran peligro en confiar demasiado a tecnócratas puros desconectados de la sociedad, sé que los ingenieros y los científicos en general no deben verse como gurus. Ha habido casos de científicos que han resultado una gran desilusión, como es el caso de Ehud Barak. También sé muy bien que la gigantesca mayoría de científicos, ingenieros y creadores en general (incluyendo artistas) no quieren ser políticos. Aun así creo que un país puede beneficiarse en gran medida si los políticos "de siempre" comienzan a incluir más ideas de gente para la que la creatividad sea absolutamente vital. No creo que científicos o ingenieros hagen jefes de estados particularmente buenos. Ni siquiera creo que haya que convertir a esas personas en "jefes de la secretaría X" o "ministro de Y", pero sí creo que los políticos con una mente abierta deben escuchar más a estas personas. Les aseguro que estas personas van a proporcionar ideas útiles que repercutan en la Asamblea Nacional y en la elaboración de programas para el desarrollo sostenible de nuestro país.
Benjamin Franklin, gracias a Dios, no fue un presidente. Fue político, pero ante todo fue inventor, científico y promovedor de ideas muy prácticas que comenzaron a cambiar a los Estados Unidos ya antes de que fuera un país independiente.
Una de sus ideas fue un sistema de bibliotecas públicas eficiente como aun no tenemos en Venezuela.
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